Guía de Práctica Clínica Nacional de Tratamiento de la Adicción al Tabaco |
Importancia del tema: Documento completo aquí El consumo de tabaco es la primera causa evitable de muerte, que produce 8 millones de defunciones anuales, lo que representó 100 millones de muertes durante el siglo XX y se estima que llegará a 1.000 millones en el siglo actual, a menos que se tomen medidas muy severas. A esas cifras se le suman millones de enfermos y de personas con discapacidad en el mundo, afectadas por el tabaco. En Argentina el tabaco produce unas 45.000 muertes anuales (14% de todas las muertes), la mayoría por cáncer, enfermedad cardiovascular, EPOC, neumonía y ACV. Entre ellas, unas 5.000 personas son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. Además el consumo de tabaco produce en nuestro país que aproximadamente 19.000 personas enfermen cada año de cáncer, 33.000 de neumonías, 11.000 sufran accidentes cerebrovasculares, 61.000 con enfermedad cardiovascular, y más de 100.000 personas con EPOC. A ello se suma un enorme costo médico directo, que alcanza en forma anual a más de $196 mil millones (año 2020), un costo de productividad laboral perdida superior a los $91 mil millones, y costos de cuidado informal de más de $75 mil millones. En total, los costos del tabaquismo equivalen a más del 1,2% del producto bruto interno (PBI) de nuestro país.1 Tal es la magnitud del problema, que los gobiernos establecieron en el año 2003 el primer tratado mundial de salud pública bajo los auspicios de la OMS, de modo de contrarrestar con un enfoque integral y un abordaje global, las estrategias de las industrias multinacionales del tabaco. Así el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) se puso en vigencia en el año 2005 y ya cuenta con más de 190 Estados Partes. Argentina a la fecha todavía no lo ha ratificado, a pesar de muchos intentos por parte del gobierno y de la sociedad civil. El CMCT establece un paquete de medidas efectivas para controlar la epidemia de tabaco, como son los ambientes 100% libres de humo, la prohibición completa de publicidad, promoción y patrocinio, el etiquetado con advertencias gráficas, las campañas de comunicación, los aumentos de precios e impuestos al tabaco, el combate al comercio ilícito de productos de tabaco, la regulación de contenidos, y la promoción del abandono. Incrementar el abandono del tabaco en los adultos es de vital importancia para mejorar la salud pública y reducir la mortalidad a corto y medio plazo. Las medidas destinadas a persuadir a los jóvenes de que no empiecen a fumar no tendrán efecto en la mortalidad hasta que alcancen la mediana edad, mientras que los fumadores adultos están mucho más cerca de desarrollar una enfermedad grave relacionada con el tabaquismo. Para promover el abandono existen políticas efectivas, tales como precios altos mediante impuestos, restricciones para fumar en lugares públicos; advertencias sanitarias y campañas comunicación; y complementariamente, medidas diseñadas para ayudar a los fumadores que ya están motivados para dejar de fumar. Apoyar a los fumadores para que dejen de fumar forma parte de la agenda sanitaria mundial El CMCT incluye en su artículo 14 la obligación de los gobiernos de establecer medidas eficaces para promover el abandono del consumo de tabaco y el tratamiento adecuado de la dependencia del tabaco. Tras la Declaración política sobre enfermedades no transmisibles (ENT) adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, la OMS desarrolló nueve metas mundiales para reducir la mortalidad mundial por las cuatro principales ENT. El objetivo acordado para el control del tabaco es una reducción relativa del 30% en la prevalencia del consumo de tabaco actual (diario y ocasional) en personas de 15 años o más entre 2010 y 2025, que fue respaldada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2013. Para lograr este objetivo, es esencial no sólo prevenir la iniciación de tabaco, sino garantizar que más fumadores dejen de fumar. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) refuerzan la necesidad de que todos los países actúen de manera decisiva para reducir el consumo de tabaco, requiriendo, como meta específica, el fortalecimiento de la aplicación del CMCT. Hoy en día, existen varias intervenciones altamente efectivas y económicas para ayudar a las personas a dejar de fumar, como las intervenciones presenciales del equipo de salud y las líneas telefónicas de ayuda. La situación de pandemia en 2020, con los consecuentes riesgos para los fumadores y las restricciones a la movilidad, pusieron de relieve la necesidad de alcanzar a más personas mediante intervenciones a distancia usando diferentes tecnologías de comunicación. La presente guía, herramienta de gran utilidad para los equipos de salud, forma parte de la estrategia nacional destinada a fortalecer los servicios de salud y aumentar las tasas de abandono del consumo de tabaco en nuestro país. Documento completo aquí |