La diplomacia de las vacunas Sir Salvador Moncada |
Primera parte Fuente https://proceso.hn/la-diplomacia-de-las-vacunas/ En los primeros días de la pandemia, cuando los fabricantes de medicamentos estaban empezando a desarrollar vacunas, hacer pedidos de cualquiera de ellas era un riesgo. Según Unicef, los países de bajos ingresos hicieron sus primeros acuerdos significativos de compra de suministros en enero de 2021, ocho meses después que Estados Unidos, EEUU, y el Reino Unido hicieran sus primeros acuerdos. En Honduras han llegado apenas 59.000 dosis de vacunas para sus 10 millones de habitantes, en África, sólo se han adquirido 36 millones de dosis para los 1.300 millones de personas, en algunas partes de Asia, se observan deficiencias similares en el acceso a las vacunas. China y Rusia han suministrado más de 800 millones de dosis de sus propias vacunas a 41 países. Ochocientos millones frente a los 34 millones de la Unión Europea. La Unión Europea, UE, ha exportado sus dosis a países, que no tienen problemas para pagarse las vacunas, pero con los cuales, tienen diversos intereses: Singapur, Arabia Saudí y Hong Kong. Estados Unidos se ha enfrentado a las críticas de que no sólo está acaparando sus propias reservas, sino que también está bloqueando el acceso de otros países a las vacunas. Ahora, al contar ya con inoculantes suficientes para su población, puede exportar hasta 60 millones de dosis del Astra-Zeneca en los próximos meses a otros países, entre ellos, Centro América. Israel, que administra más de 150.000 dosis de vacunas al día, no estaba vacunando, de forma deliberada, al pueblo palestino que ocupa. Cuando se le preguntó al respecto, el ministro de Sanidad israelí resopló diciendo que Israel no tenía ninguna obligación legal de vacunar a los palestinos. Sin embargo, en febrero, al día siguiente de que el Banco Mundial le recomendara compartir sus vacunas con Palestina para garantizar la efectividad de la campaña de inmunización, Israel anunció la entrega de “una simbólica cantidad de dosis” a la Autoridad Palestina para proteger a sus trabajadores sanitarios. A medida que se extienden las variantes del virus, «nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo”, lo dijo el director de la Organización Mundial de la Salud, OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. La Alianza Popular para la Vacunación afirma que casi 70 países de bajos ingresos sólo podrán vacunar a una de cada 10 personas. Covax (Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19) está tomando medidas para garantizar que el acceso a las vacunas sea justo en todo el mundo. Pero incluso con esa afluencia, los países pobres pueden acabar esperando años antes de que sus poblaciones puedan estar completamente vacunadas. Kenia, por ejemplo, espera que para 2023 sólo esté vacunado el 30% de su población, y eso, con Covax cubriendo el primer 20%. Esa larga espera daría al virus más tiempo para propagarse y dará lugar a nuevas mutaciones. Con este plan en marcha, la People’s Vaccine Alliance -una red de organizaciones entre las que se encuentran Amnistía Internacional, Oxfam (Confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que realizan labores humanitarias en 90 países.) y Global Justice Now- afirma que no hay suficientes vacunas para todos, y que las empresas farmacéuticas deberían compartir su tecnología para garantizar la producción de más dosis, un llamado que se hace cada vez más urgente a medida que la pandemia se acelera y el número de muertos crece. «Nadie debería verse impedido de recibir una vacuna que le salve la vida por el país en el que vive o por la cantidad de dinero que tenga en su bolsillo», dijo Anna Marriott, responsable de política sanitaria de Oxfam. «Pero, a menos que algo cambie drásticamente, miles de millones de personas en todo el mundo no recibirán una vacuna segura y eficaz contra el Covid-19 en los próximos años». Salvador Moncada |